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Tercer texto propuesto para el diálogo continuado entre profesores y alumnos, después de sendos debates acerca del estudio como descubrimiento y acerca de la relación verdadera entre profesores y alumnos. Disponible como en formato pdf.
Las películas de terror nos han acercado a los
miedos que, no sólo durante décadas sino también durante siglos, han
inquietado al hombre. Pero prestemos atención a la siguiente cuestión:
en todas (o casi todas) las películas de terror en las que aparecen
monstruos o seres de ficción, éstos o bien son creados genéticamente o
bien son extraterrestres. Todos esos monstruos representan alguna
inquietud del hombre.
No sólo los seres de ficción sino
también otras situaciones y cualidades nos aterran: los poderes
psíquicos, la muerte, los sueños, la clonación... ¿Por qué tenemos esa
tendencia a creer que todo lo ajeno a nosotros es malo o peligroso?
Ahora
bien, preguntémonos: si nuestros ancestros no hubiesen tenido el valor
para enfrentarse a sus miedos ¿no seguiríamos ahora haciendo cuentas
con un ábaco o pensando que la tierra es plana? ¿cómo habría
transcurrido la historia si el ser humano no hubiese dominado el fuego?
Pero ¿hasta qué punto es bueno afrontar o eludir ciertos
problemas? ¿Quién tiene valor suficiente para enfrentarse o no a sus
miedos?